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Más del 80% de los californianos elegibles ya están parcialmente vacunados contra COVID-19

A woman in protective gear uses a syringe to give a person a shot in the upper arm.
La enfermera registrada Priscilla V. le aplica una vacuna contra COVID-19 a Dean Iida, de 17 años, estudiante de último año en la preparatoria Eagle Rock en una clínica móvil de vacunación el lunes.
(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)

Más del 80% de los californianos elegibles han recibido ahora al menos una dosis de la vacuna contra COVID-19, un hito que el gobernador Gavin Newsom caracterizó como una “ocasión trascendental”, sin embargo, subrayó que es necesario hacer más.

Ese nivel de cobertura de inoculación entre los residentes de 12 años o más ocupa el noveno lugar entre todos los estados, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).

La cuota de vacunación parcial de California del 80.6% supera las tasas de Pensilvania, con un 80%; Nueva York, 78%; Florida, 73.1%; y Texas, 68.6%, según muestran las cifras federales. Las entidades con tasas aún más altas se encuentran principalmente en Nueva Inglaterra, así como en Hawái y Nuevo México.

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“Gracias a la gente en el estado por ser conscientes de que esta pandemia no ha quedado atrás, que, mientras luchamos contra esta variante Delta, esta mutación, todavía tenemos trabajo por hacer”, señaló Newsom durante una sesión informativa el martes.

Para empezar, la proporción de californianos elegibles que están completamente inoculados, lo que significa que han recibido la vacuna Johnson & Johnson de una sola inyección o dos dosis de Pfizer-BioNTech o Moderna, es menor, un poco más del 65%.

Y persisten relevantes brechas. Solo alrededor de la mitad de los californianos negros y latinos están al menos parcialmente inoculados, en comparación con el 61% de los residentes blancos, el 63% de los nativos americanos y el 75% de los habitantes asiáticos o de las islas del Pacífico, según datos compilados por el Times. (Estos números son un recuento insuficiente. Se desconoce la raza de aproximadamente el 15.3% de las personas que han sido vacunadas).

También existen amplias disparidades geográficas. Once de los 58 condados de California han inoculado al menos parcialmente a más del 70% de sus residentes, pero otros 16 condados han visto a menos de la mitad de sus habitantes recibir el antígeno.

Los condados del Área de la Bahía tienen las tasas de vacunación más altas del estado. Tanto San Francisco como Santa Clara, la zona más poblada del área, informan que el 87% de las personas mayores de 12 años han recibido al menos una dosis; en Alameda, el segundo condado más poblado de la región, el 88% ha recibido al menos una dosis.

Los Ángeles está por detrás de la tasa de inoculación en todo el estado. En dicho condado, el 74% de los residentes de 12 años o más han recibido al menos una dosis.

Las vacunas semanales contra COVID-19 en toda la entidad aumentaron un 53% desde un punto bajo a mediados de julio. Durante el período de siete días que terminó el sábado, se administraron al menos 627.000 dosis, frente al mínimo del verano de alrededor de 411.000 dosis para la semana que terminó el 9 de julio.

A pesar de ese progreso, Newsom indicó que la entidad estaba trabajando en “un alcance más culturalmente competente para conocer a las personas, literalmente, donde están” y “tratar de hacerlo mejor, incluso en nuestras zonas rurales y áreas remotas del estado donde todavía hay una cantidad sustancial de población que necesita recibir estas vacunas que salvan vidas”.

El último hito de inoculación se produce en medio de señales continuas de que la última ola de coronavirus puede estar comenzando a estabilizarse.

Durante el período de siete días que finalizó el martes por la mañana, California informó un promedio de 12.861 nuevos casos de COVID-19 por día, según datos compilados por el Times. Eso es una disminución de aproximadamente un 11% con respecto a hace una semana.

El estado también ha experimentado una caída constante en la tasa de positividad de las pruebas, cifra que refleja cuántos exámenes que se realizan dan como resultado infecciones confirmadas por coronavirus.

Hasta el martes, la tasa de positividad de siete días de California era del 4.6%, frente al 5.8% de hace dos semanas.

“No creo que sea ninguna sorpresa que tengamos una de las tasas de positividad más bajas de Estados Unidos, ya que tenemos las tasas de inoculación más altas del país”, señaló Newsom, aunque agregó que había más trabajo por hacer para aumentar las vacunaciones en las poblaciones con menores tasas, como entre los californianos negros y latinos.

Por el contrario, la segunda entidad más poblada del país, Texas, tiene una tasa de positividad en las pruebas del 16%, según la Universidad Johns Hopkins.

Los funcionarios de salud pública señalan que la métrica es una medida reveladora de la propagación del coronavirus. Aunque la cantidad bruta de casos fluctúa según la cantidad de pruebas que se realicen, y estos exámenes se han incrementado drásticamente desde que las escuelas de California abrieron sus puertas para el nuevo período, una tasa de positividad estable o en disminución puede ilustrar una transmisión más lenta.

Sin embargo, el número de casos actual sigue siendo preocupantemente alto. Al 15 de junio, cuando el estado reabrió su economía y eliminó prácticamente todas las restricciones relacionadas con el coronavirus en negocios y espacios públicos, se registraban, en promedio, menos de 900 casos en total diarios.

Los nosocomios siguen sometidos a estrés, aunque las hospitalizaciones se han estancado recientemente.

En toda la entidad, 8.342 pacientes de COVID-19 fueron hospitalizados el lunes. Eso es solo un 1% más que la semana anterior, una gran mejora con respecto al aumento anterior de una semana a otra, que fue del 11%.

Sin embargo, las unidades de cuidados intensivos (UCI) de California todavía están experimentando un incremento modesto en los pacientes con COVID-19, agregó Newsom. El lunes, 2.128 pacientes con coronavirus estaban recibiendo ese nivel de atención médica especializada en todo el estado, un número que no se había visto desde mediados de febrero.

Aunque las cifras estatales muestran que aproximadamente 1.700 camas de UCI siguen disponibles, no se distribuyen de manera uniforme en toda California. Para empezar, es posible que las áreas rurales más remotas solo tengan acceso a un puñado de camas de UCI, y cada una que ocupe un paciente con COVID-19 es una menos que está disponible en caso de que alguien sufra un ataque cardíaco grave o resulte gravemente herido en un accidente automovilístico.

En agosto, nueve condados del norte de California vieron más pacientes hospitalizados con coronavirus que en cualquier otro punto de la pandemia: Amador, Del Norte, Humboldt, Lake, Mendocino, Placer, Plumas, Shasta y Tuolumne.

“Este ha sido nuestro peor temor”, comentó previamente al Times el senador estatal Mike McGuire (demócrata de Healdsburg), que representa a siete condados que se extienden desde Marin hasta Del Norte. “Vimos aumentos significativos en las áreas urbanas de esta entidad desde el principio. Ahora, la California rural es el epicentro de esta pandemia”.

Un grupo de médicos de Mendocino, en una carta abierta, suplicó a las personas para que se vacunaran.

“Nunca antes habíamos visto esta clase de oleada de pacientes jóvenes y enfermos con COVID-19, nunca antes nuestro sistema médico se había enfrentado a tal desafío. Todos podemos hacer nuestra parte en esta terrible situación inoculándonos”, escribieron los médicos.

“Nuestros departamentos de emergencia están desbordados. Nuestros hospitales están llenos. Nuestras UCI están repletas. Luchamos por encontrar camas de hospital incluso para los pacientes que llegan al departamento de emergencias con accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos o apendicitis”, enfatizaron.

Las muertes, la repercusión final de los aumentos en la transmisión del coronavirus, también han incrementado de manera drástica recientemente. Durante el período de una semana que terminó el martes por la mañana, un promedio de 89 personas en todo el estado murió por COVID-19 cada día, aproximadamente el doble que hace dos semanas.

La pandemia ha causado el deceso de más de 65.200 californianos.

La redactora del Times, Hailey Branson-Potts, contribuyó a este artículo.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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