¿Quién compró la megamansión angelina The One? El dueño de Fashion Nova
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Richard Saghian, propietario del gigante de la moda rápida Fashion Nova, fue el postor ganador que gastó $141 millones para comprar la mega mansión “The One”, confirmó a The Times.
Saghian, cuya compañía se ha beneficiado de su asociación con celebridades y personas influyentes como la rapera Cardi B, la modelo Kylie Jenner y la superestrella del pop Lil Nas X, venció a otros cuatro postores, el jueves pasado, por la propiedad de 105.000 pies cuadrados en una colina de Bel-Air: la casa más grande de Los Ángeles.
“The One Bel-Air es una propiedad única en la vida, que nunca se puede duplicar. No hay nada como ella. Como angelino de toda la vida y ávido coleccionista de bienes raíces, reconocí que era una rara oportunidad, que también me permite ser dueño de una propiedad única y destinada a ser parte de la historia de Los Ángeles”, afirmó Saghian el domingo, en un comunicado enviado por correo electrónico.
Saghian, de 40 años, fundó Fashion Nova en 2006 en el suburbio industrial de Vernon y sigue siendo su director ejecutivo. Su negocio ha tenido un gran éxito al vender ropa de moda económica en su sitio web, respaldado por nombres destacados del mundo del hip hop y una legión de personas influyentes de Instagram. La empresa privada es propiedad absoluta de Saghian y sus ventas anuales superan los mil millones de dólares, según una fuente cercana a la empresa.
El ejecutivo es dueño de otras dos casas en el sur de California, incluida una en la playa de Malibu, que le compró al director ejecutivo de Netflix, Ted Sarandos, el año pasado por $14,7 millones de dólares. También tiene otra en las llamadas Bird Streets of the Hollywood Hills, que compró por $17.5 millones en 2018. Fue en esa propiedad donde ladrones armados, en junio pasado, siguieron a su Rolls Royce y le exigieron joyas y otros objetos de valor de sus amigos. Saghian, que ya había entrado a la casa, no resultó herido. Todos los sospechosos fueron capturados y uno fue asesinado por un guardia armado.
The One le costó a Saghian mucho más que sus otras propiedades, pero su oferta ganadora fue menos de la mitad del precio de lista, de $295 millones de la propiedad.
“Es un trato increíble”, remarcó Branden Williams, quien fue agente de la casa junto con su pareja, Rayni Williams, y Aaron Kirman, de Compass. “Nadie entiende hasta que llega allí. Una casa como esta nunca se volverá a construir. Cada vez que se venda de nuevo, será por aún más”.
Los Williams, junto con Stuart Vetterick, de Hilton & Hyland, representaron a Saghian en el trato. Los corredores también lo representaron anteriormente en la compra de Malibu. Los acuerdos de confidencialidad evitaron que los tres hablaran sobre el comprador y cubrieron a otros involucrados en la subasta. En los días posteriores a la venta, varias fuentes precisaron a The Times que el postor ganador era Saghian.
La compra de The One no solo expandiría la cartera de bienes raíces de Saghian, sino que también podría tener sentido como una herramienta de marketing para Fashion Nova, sirviendo como telón de fondo donde personalidades influyentes podrían mostrar los diseños asequibles y actuales de la compañía.
La empresa, que actualmente anuncia una nueva colección de primavera con muchos artículos de menos de $30, ha sido objeto de escrutinio por parte de sus proveedores -por presunto robo de salarios-, lo cual la llevó hace unos años a endurecer las prácticas de contratación. En enero, acordó pagar $4,2 millones de dólares para resolver las acusaciones del gobierno de bloquear las reseñas negativas de productos en su sitio web, pero calificó las acusaciones de “inexactas y engañosas”.
The One, que ya se ha alquilado para filmar, es la obra maestra del extravagante desarrollador Nile Niami. Inicialmente comercializó la casa por $500 millones, hace varios años, pero se vio obligado a declararla en bancarrota después de que Crestlloyd, la compañía de responsabilidad limitada de la casa, incumpliera con $106 millones en préstamos de construcción al multimillonario de Los Ángeles Don Hankey.
Aunque algunos en la comunidad de bienes raíces de Los Ángeles descartan la residencia y la consideran muy llamativa, otros la consideran la mejor casa trofeo, con una lista de comodidades destinadas a las fiestas. Hay una terraza con cabañas, varias piscinas, un teatro privado, una bolera, una sala de billar, una sala de dulces, salón y spa, así como una discoteca. Tiene 21 habitaciones y 42 baños completos.
La casa ultramoderna, de mármol y vidrio, fue diseñada por el arquitecto del condado de Orange Paul McClean, quien también diseñó la propiedad de Saghian en Hollywood Hills.
La subasta en línea, sin embargo, fue un fiasco. La oferta ganadora de Saghian fue de $126 millones, y el costo total para el comprador aumentó a $141 millones con la tarifa de subasta del 12%. Aunque el precio estableció fácilmente un récord para la casa más costosa jamás vendida en una subasta, ascendió a menos de la mitad de su precio de venta original, de $295 millones.
También estuvo muy por debajo del récord de California -que algunos especulaban podría romper-, establecido por el capitalista de riesgo Marc Andreessen, quien compró una propiedad en Malibu por $177 millones, en octubre.
Más de tres docenas de posibles compradores recorrieron la propiedad en 944 Airole Way en los últimos meses, incluidos multimillonarios de Medio Oriente, Asia y California, detallaron los agentes de listado de The One.
Concierge afirmó que su sitio de subastas atrajo visitas de 170 países, incluidos Australia, el Reino Unido, Alemania, Francia e Italia, y generó unos 2800 prospectos. Sin embargo, después de que se abrió la subasta en línea, el lunes, solo participaron cinco postores de Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Al notar los pocos participantes, varios observadores inmobiliarios de Los Ángeles especularon que The One podría haberse vendido por más si la subasta no hubiera ocurrido en medio de la invasión rusa a Ucrania, que crea tensión internacional e incertidumbre económica, especialmente para los posibles compradores extranjeros.
El precio no se acercó al monto de la deuda reclamada adjunta a la propiedad, que entró en la protección por bancarrota del Capítulo 11 con alrededor de $180 millones en deuda garantizada y no garantizada, una cifra que aumentó a $256 millones a medida que más acreedores han presentado reclamos, de acuerdo con una presentación judicial del 2 de marzo.
Hankey le dijo a The Times que espera que el precio de la subasta sea suficiente para recuperar el efectivo que invirtió en el proyecto, aunque sus reclamos también incluyen multas y tarifas. Muchos de los otros acreedores de la propiedad sufrirán pérdidas.
El mayor reclamo nuevo es del propio Niami, quien afirma que se le deben $44.4 millones. Los archivos judiciales no brindan muchos detalles, pero una persona familiarizada con la bancarrota relató que se deriva de los préstamos que el desarrollador hizo al proyecto.
La jueza del Tribunal de Quiebras de EE.UU. Deborah Saltzman celebrará una audiencia a finales de este mes para decidir si aprueba la venta. Al tomar su determinación, la magistrada considerará si cree que el postor ganador tiene los medios financieros para cerrar la venta, su efecto sobre los acreedores y otros asuntos.
Lawrence Perkins, el especialista en reestructuración a cargo de Crestlloyd, planteó la posibilidad de que el postor ganador no se quede con la casa. Según él, es su responsabilidad ante el patrimonio en quiebra continuar presentando otras ofertas.
Según los términos del acuerdo de subasta, el comprador tiene la obligación legal de cerrar la venta antes del 21 de marzo.
Saghian puede tener algo de trabajo en sus manos antes de poder mudarse a The One. A pesar de estar en construcción durante años, no está terminada y carece de un certificado de ocupación, así como permisos cruciales para trabajos de nivelación, electricidad y otros. También hay acusaciones en documentos judiciales de defectos de construcción y violación de códigos de zonificación, que la asociación local de propietarios citó al calificar la casa de “escándalo en ciernes”.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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