Anuncio

¿Es momento de reorganizar el censo? Luego del subconteo de minorías, algunos creen que sí

Robert Santos sits at a table with a microphone with papers in his hands
El candidato a director de la Oficina del Censo, Robert Santos, testifica ante el comité de Asuntos Gubernamentales y Seguridad Nacional del Senado, el 15 de julio de 2021, en el Capitolio, en Washington
(Jacquelyn Martin / Associated Press)

Políticos y demógrafos se preguntan si ha llegado el momento de replantear el censo después de que los resultados muestren que los residentes negros, latinos e indios americanos fueron subcontados.

¿Es hora de repensar el censo y otras consultas que miden los cambios poblacionales en EE.UU.?

Los legisladores y demógrafos se han estado haciendo esa pregunta desde que los resultados dados a conocer por la Oficina del Censo de EE.UU., este mes, mostraron que los residentes negros, latinos, indígenas americanos y otras minorías no fueron contados en mayor proporción en 2020 que en la década anterior.

Además, los datos de una versión más completa, que compara los cambios de un año a otro en la vida del país, debieron descartarse en su mayoría porque las interrupciones causadas por la pandemia produjeron menos respuestas en 2020.

Anuncio

“El modelo actual de crear una lista maestra de direcciones, enviar una invitación a todos, esperar a que respondan, y si no, rastrearlos, creo que es obsoleto”, destacó Arturo Vargas, director ejecutivo de NALEO Educational Fund, una organización sin fines de lucro no partidista que apoya la participación política de los latinos.

Los recuentos insuficientes en el censo de 2020 se atribuyeron a la pandemia, los desastres naturales y la interferencia política de la administración Trump, pero los de minorías raciales y étnicas no son nada nuevo en el censo; han sido persistentes durante décadas.

En los últimos años, el costo de los censos y encuestas ha aumentado, mientras que las tasas de participación pública en las encuestas han disminuido. El mayor esfuerzo entre censos de la oficina para medir la población de EE.UU., la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (American Community Survey), produce 11 mil millones de estadísticas a partir de entrevistas con 3.5 millones de hogares cada año, y el censo de cada década cuenta a cada residente de EE.UU. para repartir los fondos federales y los escaños del Congreso entre los estados, así como para rediseñar los distritos políticos.

“Lo que tenemos hoy en gran medida sigue siendo un sistema estadístico centrado en encuestas del siglo XX”, afirmó Ron Jarmin, director de operaciones de la Oficina del Censo, en diciembre, cuando se desempeñaba como director interino de la agencia.

Incluso antes de de a conocer los resultados de 2020, a principios de este mes, la Oficina del Censo había desarrollado nuevas formas de recopilar datos. El principal es el embrionario Frames Program, que combinaría todo tipo de conjuntos de datos, incluidos registros administrativos del sector privado y agencias gubernamentales, así como encuestas y consultas que han sido elementos básicos de la recopilación de datos de la Oficina del Censo durante décadas.

Según el concepto, un conjunto de datos, como el archivo del IRS de una persona, estaría vinculado con otro, como la respuesta de la encuesta de la Oficina del Censo de la persona. Eventualmente, los datos relacionados con las direcciones, la demografía, las empresas y los trabajos de las personas se relacionarían entre sí.

Hay más opciones que nunca para las bebidas sin alcohol

En 2030, cuando se lleve a cabo el próximo censo, el programa podría ayudar a contar a las personas con buenos registros administrativos o enlaces a otros archivos, y se podrían dedicar más recursos a aquellos hogares más difíciles de contar, señaló el director de la Oficina del Censo, Robert Santos, en una reciente entrevista con Associated Press.

“Buscamos aprovechar la tecnología existente, y eso necesariamente incluye la fusión de grandes bases de datos sobre personas, no para crear una sociedad de Gran Hermano, sino para complementar y reducir la carga de nuestra población cuando llega el momento de recopilar datos”, dijo Santos, quien fue designado por el presidente Biden.

Depender de los registros administrativos puede tener sus propios problemas porque algunos grupos, como las personas que están en el país sin documentación, a menudo tienen poco rastro en papel.

Además de nombrar un número inusualmente alto de personas designadas por motivos políticos para la Oficina del Censo, la administración Trump intentó sin éxito utilizar los registros administrativos para obtener un recuento de la gente con estatus ilegal en el país, para eliminarla del conteo que asigna escaños en el Congreso.

Cualquier esfuerzo por renovar cómo se realiza la cuenta deberá protegerse de cuestiones similares que intenten hacer un mal uso con fines políticos, afirmó Paul Ong, profesor emérito de estudios urbanos en UCLA. “Los números de 2020 fueron una llamada de atención”, señaló Ong. “El Buró del Censo tiene una función muy importante y fundamental en nuestra sociedad. Es el guardián de nuestras verdades demográficas”.

Desde una perspectiva puramente cívica, a Terri Ann Lowenthal, exmiembro del personal del Congreso que se especializa en temas de censos, le preocupa que una mayor dependencia de los registros administrativos a expensas de la participación pública haga mella en todos en EE.UU., sin importar su origen. “Si estás en la mansión de un millonario o vives en una tienda de campaña debajo de un puente, eres importante para el censo”, destacó.

El Buró del Censo ha estado a la vanguardia de los avances en la recopilación y el procesamiento de datos, ya sea usando tarjetas perforadas y tabuladores electrónicos a fines del siglo XIX o empleando la primera computadora moderna instalada por una agencia del gobierno civil para 1950. Para la consulta de 2020, probó varios enfoques nuevos.

Por primera vez, internet fue el medio principal para responder el cuestionario, y el censo de 2020 fue el primero en utilizar registros administrativos de agencias -como la Administración del Seguro Social- para completar los datos de los hogares que no respondieron. Los expertos en estadísticas del Buró también combinaron otros conjuntos de información con datos del censo por primera vez para crear estimaciones de población anuales.

La Oficina del Censo podría mejorar la precisión de las comunidades subcontadas si el Congreso le permitiera usar un método estadístico que ajuste el conteo de población para compensar esos datos, comentó Lowenthal. Esa herramienta estadística ha estado prohibida para el conteo que sirve para dividir los escaños del Congreso entre los estados durante más de dos décadas.

Tener más llegada a las comunidades pasadas por alto y una financiación más consistente del Congreso también son cuestiones importantes, señaló Allison Plyer, demógrafa jefe del Centro de Datos en Nueva Orleans. “No va a ser la panacea”, remarcó Plyer, expresidenta del comité asesor científico de la oficina. “Todas estas cosas necesitan trabajar juntas en sintonía”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

Anuncio